137.
"La Edad Media, ese mundo mítico inacabado
que tenía su perfección fuera de sí mismo, es el momento en el cual, el tiempo
cíclico, que hasta entonces regulaba la parte principal de la producción,
comienza a ser erosionado por la historia. A todos los individuos se les
reconoce una cierta temporalidad irreversible (en la sucesión de las edades de
la vida, en la vida considerada como un viaje, como una transición sin
retorno por un mundo cuyo sentido está en otra parte): el peregrino es
el hombre que abandona este tiempo cíclico para convertirse efectivamente en
ese viajero del cual cada uno es signo."
"La vida histórica personal encuentra siempre
su cumplimiento en la esfera del poder, en la participación en las luchas por
el poder y en las disputas del poder.; pero, bajo esta unificación general del
tiempo orientado de la Era Cristiana, el tiempo irreversible del poder está
infinitamente dividido en el mundo de la fe armada, un mundo en el cual
el juego de los Señores gira alrededor de la fidelidad debida y de su
traición".
"La sociedad feudal, nacida de la
convergencia entre "la estructura organizativa del ejército conquistador
tal y como ésta se desarrolla durante la conquista" y "las fuerzas
productivas existentes en el país conquistado" - y aquí, el lenguaje
religioso debe considerarse como una parte de la organización de esas fuerzas-
dividió la dominación social entre la Iglesia y el poder estatal,
subdividido a su vez en las complejas relaciones de señoríos y vasallaje de los
poderes territoriales y de los municipios urbanos".
"En esta diversidad de posibilidades de vida
histórica, cuando la gran empresa oficial de aquel mundo fracasó en las
Cruzadas, el tiempo irreversible, que inconscientemente se desplegaba en las
profundidades de la sociedad, ese tiempo experimentado por la burguesía en la
producción de mercancías, en la fundación y expansión de las ciudades y en el
descubrimiento comercial de la Tierra - la experimentación práctica que
destruye definitivamente toda organización mítica del cosmos-, ese tiempo,
pues, se reveló paulatinamente como el trabajo ignoto de la época".
Guy Debord, La Sociedad del Espectáculo.
Pretextos, 2012
pepe
No hay comentarios:
Publicar un comentario